Por: Santiago Quintana
La
interculturalidad apunta a describir la interacción entre dos o más culturas de
un modo horizontal y sinérgico, suponiendo que ninguno de los conjuntos se
encuentra por encima de otro, una condición que favorece la integración y la
convivencia armónica de todos los individuos. Esta es una tarea que desde la
escuela debemos fomentar en nuestros estudiantes, sin embargo ¿efectivamente se
realiza esta práctica en nuestras aulas de clase? ¿Qué rol estamos cumpliendo
como docentes?
Según
el Ministerio de Cultura, en nuestro país conviven 54 pueblos indígenas u
originarios identificados hasta la fecha. Esto sin contar las colonias que
habitan en nuestro país como los afro descendientes. Esto si hablamos a grandes
escalas, pero en principio desde donde nos encontramos formamos parte de una
interculturalidad porque no todos somos iguales. Tenemos formas de pensar y
actuar muy distinto y una buena forma de comprobarlo es haciendo una mirada a
nuestra aula de clase. Aquí nos daremos cuenta que son bastante heterogéneas
con hábitos y costumbres distintos, haciendo alusión a las palabras de Arguedas
cuando afirmaba que el Perú es un país de “todas la sangres”. Estas diferencias
podrían ser motivos de iniciar un interesante trabajo interesante y tomarlo
como una oportunidad didáctica pedagógica, porque ser diferentes y vivir en un
ambiente sano y pacifico si es posible. Al menos es lo que debemos fomentar en
nuestros estudiantes para que en adelante sean “ciudadanos” en todo el sentido
de la palabra. Y esto se logrará involucrando a nuestros mismos estudiantes con
su propia cultura, a querer lo que es suyo.
Y
esto último es el objetivo de este trabajo: demostrar que si es posible que
nuestros estudiantes se involucren con su cultura local y construir en base a
la interculturalidad el respeto y la tolerancia.
“Durante
muchos años, los vínculos sociales en el país han estado marcados por
situaciones de conflicto, por incomprensión, discriminación y por relaciones
asimétricas de dominación política y económica. Esta situación ha configurado
un país con grandes brechas en donde pueblos y grupos culturales se encuentran
en situación de exclusión” afirma el Ministerio de Cultura. Este caso suele
verse tristemente hasta en nuestros días, aunque en los últimos años se ha
avanzado bastante en este tema, pero no podemos quedarnos con los brazos
cruzados como docentes. Para lograr el respeto de otras culturas es necesario
primero respetar y valorar nuestra cultura, y esto debemos fomentarlo desde
nuestras aulas.
Promover que nuestros
estudiantes se involucren con su cultura y luego el respeto a otras si es
posible. Tenemos que empoderarlos con su cultura y respetar a las formas de
pensar y actuar de otras.
Este
es el caso de mis estudiantes. Estábamos desarrollando la competencia participa en asuntos públicos para promover
el bien común, donde la capacidad era propone
y gestiona iniciativas de interés común Justamente el indicador era toma decisiones pertinentes al desarrollo de
acciones que favorecen al interés común. En este caso nos encontramos en la
búsqueda de cómo lograr esta capacidad con el indicador propuesto y por esas
fechas se estaba celebrando en el pueblo sus fiestas patronales y una costumbre
muy popular es la liada de frutas que
consiste en ir al encuentro de los ayudantes que traen las frutas, leñas y
otros implementos a ser utilizado en la fiesta del pueblo. Esta acción es todo
un rito para los lugareños donde con banda de músicos y comida local acuden al
lugar de la recepción. A propuesta de los estudiantes se decidió participar en
esta acción. Antes de ello ya habíamos trabajado la competencia convive respetándose a sí mismo y a los
demás, donde el indicador fue
Manifiesta su pertenencia cultural a través de sus formas de comunicación,
conductas, vestimenta y alimentación, sin sentir vergüenza.
Estudiantes participando en actividad costumbrista |
Al finalizar se
hizo un análisis de la actividad. Expresaron con sus propias palabras como se
sintieron, que pensaron y que piensan de otras culturas como la suya, y
lógicamente los resultados fueron bastante positivos. Esto es una experiencia
de empoderamiento de su cultura.
Para concluir podemos
afirmar que si podemos fomentar desde nuestras aulas la interculturalidad. Si
podemos, también, hacer que nuestros estudiantes se identifiquen en primer
lugar con su propia cultura y en segundo lugar incentivar al respeto de las
demás. Todo va depender de las ganas y de que observemos nuestra realidad. A
diferencia de las preguntas iniciales, ahora nos preguntamos ¿podemos realizar
este tipo de prácticas en nuestras aulas? ¿Podemos cumplir este rol?
Reflexionemos y hagamos que nuestros estudiantes amen a su patria chica. Luego
su patria grande los agradecerá. ¡Viva el Perú, ese Perú de todas las sangres!
Edición del programa Costumbres donde participaron los
estudiantes del tercer grado
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- ARGUEDAS, J. (2011). Obra Antropológica. Lima: Derrama Magisterial.
- MINISTERIO DE CULTURA. (2015).
Viceministerio De Interculturalidad. http://www.cultura.gob.pe/es/interculturalidad/enfoqueintercultural
- MINISTERIO DE EDUCACIÓN. (2014). Rutas del Aprendizaje
- SORIANO, E. (2008). Educar para la
ciudadanía intercultural y democrática. Madrid: Industria Gráfica.
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