A más de 3000 metros
sobre el nivel del mar se encuentra el Valle de Belén, más conocido como
Huaylla Belén. La región Amazonas, la provincia de Luya y los distritos de
Inguilpata y Conila cobijan a esta maravilla natural. El valle se encuentra
conformado por un extenso valle del que atraviesa el río Huaylla. Es la primera
vez que llego a este lugar apacible y lo que siempre me imaginé al observarlo
por medio de imágenes fotográficas es que en la forma del cauce del agua tiene
un parecido al río Amazonas: Un Amazonas en miniatura. Es como si una enorme
serpiente hubiese caído del cielo y al tocar este valle se formó este paisaje
natural. A decir verdad que los pobladores tienen una leyenda basado en esto
que acabo de mencionar.
Para dirigirnos hasta
Huaylla Belén tenemos que concentrarnos en Luya. Por un momento una fuerte
lluvia nos quiere detener para partir. Finalmente valió más las ganas por
disfrutar de la naturaleza viva. Felizmente empezamos el viaje y la lluvia fue
calmando su ira. Al parecer solo nos puso en prueba. Luego de una hora llegamos
al distrito de Coechan y más allá al antiguo pueblo de Conila. Durante el
trayecto nos encontramos con un paisaje característico de la selva alta: montañas
altísimas, zona lluviosa, una geografía accidentada, etc. Para que tengan una
idea observen esta imagen que tomamos durante el trayecto.
Entre las peñas se
observaban grandes agujeros o socavones formados por la naturaleza que algunos
llaman tragaderos, es que son
inmensos y a simple vista parecen interminables. Las imágenes que se observan
arriba nos acompañan durante todo el trayecto hasta llegar a nuestro destino.
Luego de dos horas de
viaje llegamos. A pesar de la lluvia, la carretera estuvo sana. El auto estaba
descendiendo rumbo hasta el valle y se podía observar esto.
A pesar de ser un valle,
la temperatura es baja. Así que imposible confiarnos, pues hemos dicho al
principio que se encuentra a más de 3000 msnm y eso no es poca cosa.
Para conocer este lugar
algunos parten en la madrugada desde Luya y todo el día disfrutan de este
paraje. Otros prefieren quedarse a pasar la noche. En el lugar existe un
albergue que se puede aprovechar incluso para cocinar. Nosotros optamos por lo
último. Ni bien llegamos empezó la exploración por el lugar en medio de una
ligera lluvia al borde del río capturamos esto.
Ya casi anochecía y aprovechamos otras vistas. Nos
encaminamos a una pequeña colina que se encuentra atrás del albergue. Teníamos
que sacar alguna toma.
La noche fue fría pero
muy tranquila. El frio se calma con mate de coca. Además el amigo Eyden y su
tío aprovecharon la tarde para probar suerte en el agua. Al oscurecer
aparecieron con una docena de truchas. A lavar, al aceite y a comer se ha
dicho. Con ese resultado al siguiente día muy temprano rio arriba nos
encaminamos a encontrar más peces. Caminamos todo el valle y con los
instrumentos en manos se empezó a probar suerte. El artífice de ello: Eyden y
su tío German.
No podíamos terminar la
travesía con un chapuzón en el agua, fría, muy fría; pero el tanto caminar nos
conquistó para poder disfrutar el agua.
Volviendo al albergue nos sorprendió la lluvia
nuevamente, pero a cambio de eso un buen almuerzo de truchas.
Luego de ello regresamos a casa, pero siempre con
las ganas de volver en cualquier momento. Y es que un paisaje como este lo
encuentras en un único lugar en el mundo: Amazonas. Antes de terminar esta nota
un agradecimiento a Eyden, Germán, Jesús, Willy y Derek. Todos ellos luyanos y orgullosos
amazonences. Gracias a ellos pude conocer este encantador
lugar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario